11/11/13

La fábula, instrumento para incentivar la lectura en los niños


Como dice el maestro Diego Gonzales en su libro Dirección del aprendizaje, que “el cuento es la sal de vida en los primeros grados y que la Educación Inicial es la etapa del cuento...”, podemos añadir que la fábula es su golosina, gracias a las características que posee: brevedad narrativa, sencillos argumentos (sin caer en lo vulgar), clara intención crítica o satírica que se disimula con el uso de personajes humanizados, y, finalmente, la moraleja.
Esas características convierten a la fábula en un instrumento ideal para incentivar la lectura en los niños de nuestro tiempo. Ellos, desde muy pequeños, están inmersos en un mundo visual de dibujos animados y de breves mensajes lingüísticos. Sacarlos a empellones de ese entorno es casi imposible; en cambio la fábula puede introducirse en ese mundo infantil y desde allí guiar a los futuros lectores por el largo camino de la lectura. Porque a su brevedad narrativa y conclusión en una sentencia o moraleja se suma el uso de animales y objetos humanizados, como personajes activos. Esto le da un tono audazmente seductor para los niños.
A diferencia de otras composiciones literarias que también tienen fines de adoctrinamiento cultural, moral o religioso, como los mitos, leyendas, poemas épicos, parábolas, cuentos maravillosos, etc., la fábula se circunscribe directamente a la interrelación entre los seres humanos dentro de una sociedad; esta otra característica hace que la fábula sea siempre actual por los valores universales y atemporales que transmite.
Utilizar las fábulas como medio de enseñanza didáctica y moral ha sido y es una práctica usual en casi todos las culturas de nuestro planeta. Se cree que los primeros cultores fueron los pueblos orientales y siglos después florecieron en Grecia y Roma. Más tarde, se extendió a otros países hasta universalizarse.
Si es sorprendente la actualidad que tienen las fábulas antiquísimas de Esopo (600 años a.C.), esclavo negro que vivió en Grecia; las de La Fontaine, quien elevó a las fábulas a un nivel artístico y Samaniego, quien se preocupó por pulir la memoria literaria de sus contemporáneos con sus fábulas morales en el siglo XVIII; es mucho más sorprendente que estas hayan sobrevivido a todo tipo de adaptaciones y traducciones. Quizás se deba a que la génesis de las fábulas sea su intención moralizante, tan necesaria para que el ser humano pueda convivir consigo mismo y con los demás sin destruirse.
Por ello, no sólo debe ser válido el uso de este género literario para fines pedagógicos, sino también para la lectura solaz de los jóvenes y adultos que necesitan refrescar su memoria valorativa y reforzar su sentido crítico. Nada mejor que una lectura aleccionadora, como una fábula, para enfrentar los antivalores sembrados en nuestra sociedad actual. (De: Fábulas peruanas, Juan Miguel y Víctor Ataucuri García)

La fábula, herramienta para la difusión de la identidad cultural latinoamericana


En toda América Latina existe una rica tradición de literatura oral, en la cual trascienden valores muy importantes que identifican a nuestras ancestrales culturas prehispánicas. Los hermanos Juan Miguel
y Víctor Ataucuri García, en su libro"Fábulas Peruanas" nos plantean, precisamente, lo útil que resultaría incluir temas que identifiquen la idiosincracia y cultura de un país latinoamericano. En el caso de su trabajo, ellos han llevado a cabo su tesis recopilado mitos, leyendas, creencias andinas y amazónicas del Perú, los han adaptado, para luego recrearlas como fábulas que se han convertido en una forma muy interesante de difundir la rica literatura tradicional peruana entre los niños de su país. Los hermanos Ataucuri García afirman: "Si bien es cierto que es muy importante rescatar nuestra literatura andina y amazónica, porque de ellas se desprende nuestra identidad, es necesario también que las fábulas tengan un espacio dentro de la literatura nacional. Mientras que los mitos y las leyendas son géneros que tratan sobre la relación del hombre con su origen, con la naturaleza, con su religión, con su historia, etc., las fábulas se circunscriben directamente a la interrelación de los seres humanos dentro de una sociedad. Esta característica hace que la fábula sea siempre actual. Tenemos casos como las creaciones de Esopo, Samaniego, La Fontaine, etc. que aún hoy siguen siendo usados en la etapa formativa de la personalidad del educando. Por nuestra parte, buscamos que las fábulas peruanas trasmitan valores cargados de nuestra idiosincracia y tradiciones, con ello, queremos aportar al forjamiento de una identidad nacional unificadora".

Pensamos que los autores de Fábulas Peruanas tienen mucha razón. Quizás uno de los mayores problemas que enfrentamos los padres y educadores es la alienación que constantemente ataca a nuestros niños; y no es sólo por incidencia de la televisión y el internet, sino dentro de la misma escuela cuandoa los más pequeños se les involucra con la literatura infantil clásica europea, muy ajena a su realidad. Los famosos cuentos de hadas, de dragones, de príncipes, etc. nada tienen que ver con el entorno de nuestro hijos. A partir de allí, empujamos a los niños hacia el largo derrotero de la alienación, del escape de su realidad, en la cual nada de lo que es nuestro vale, sino sólo lo que viene de afuera. Las fábulas, pues, deben convertirse en un instrumento de defensa de nuestra cultura. Es trabajo de los escritores, investigadores y editores aplicar esta fórmula que haga posible una difusión masiva de nuestras literaturas tradicionales, desde Chile, hasta México; es decir, toda Latinoamérica; o mejor aún, toda América mestiza incluyendo los latinos, negros y aborígenes de Canadá y EE. UU.